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La Fundación Santillana nos envía este artículo

“Lecciones y maestros”. II Cita internacional de la literatura en español (16, 17 y 18 de junio de 2008). Santillana del Mar (Cantabria)

 

En la Torre de Don Borja, sede de la Fundación Santillana en la villa de Santillana del Mar (Cantabria), se han celebrado las II Jornadas “Lecciones y maestros”, organizadas por la Fundación Santillana y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

 

En esta ocasión el encuentro ha pretendido estudiar la obra literaria de Mario Vargas Llosa, Javier Marías y Arturo Pérez-Reverte y ha reunido, además de los autores, a los críticos, escritores, profesores, traductores y periodistas que mejor conocen los diferentes aspectos de la obra narrativa y crítica de los tres escritores.

 

Las palabras iniciales de presentación del encuentro corrieron a cargo de Ignacio Polanco, presidente de la Fundación Santillana y del Grupo PRISA, quien recordó las ausencias de su padre, Jesús de Polanco, presidente de PRISA, fallecido en 2007 y de su hermana Isabel, consejera delegada de Santillana, que murió en marzo de este año. Polanco recordó que fueron ellos los promotores de la idea de celebrar estos encuentros que pretenden acercar la literatura a la vida y los escritores a sus lectores y estudiosos. Después intervinieron Salvador Ordoñez, rector de la UIMP, que recordó las coordenadas que definen estos encuentros entre los maestros y los especialistas que estudian sus obras; Emiliano Martínez, vicepresidente del Grupo Santillana y coordinador de las jornadas y Basilio Baltasar, director de la Oficina del Autor del Grupo PRISA.

 

La primera jornada se dedicó a la obra de Mario Vargas Llosa y contó con la presencia del presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, la vicepresidenta del Ejecutivo, Dolores Gorostiaga, el consejero de Cultura, Javier López Marcano y el alcalde de Santillana del Mar, Isidoro Rábago, entre otras autoridades. La presentación corrió a cargo de Víctor García de la Concha, director de la Real Academia Española y, por tanto, compañero en esa institución de los tres escritores homenajeados. García de la Concha hizo una autobiografía literaria del autor a través de sus textos, recordando las influencias recibidas desde la primera lectura a los ocho años de edad de los “Veinte poemas de amor y una canción desesperada” de Pablo Neruda, poemario de cabecera de su madre, y tiempo después la lectura de Baudelaire, Rimbaud o Góngora, para interesarse posteriormente por las tesis filosófico-políticas de Sartre y Camus o los mundos literarios complejos de Faulkner, Conrad, Balzac o Flaubert.

 

Vargas Llosa reivindicó a continuación esas fuentes de su escritura para señalar después como la esencia de su trabajo es la consecuencia de una teoría y una técnica. Su teoría es contar bien las historias, y para ello debe seguirse una técnica concreta en función del desarrollo de las historias que se quieran representar. Reivindicó además la importancia capital del narrador como personaje fundamental de todas las historias y que requiere del autor una conciencia exacta de lo que se va a hacer con el. Reconoció, además, la gran influencia que Flaubert ha tenido en su obra. Fue el quien le enseñó que la literatura es una manera de vivir, lo que para el ha sido así desde hace muchos años, hasta el extremo de reconocer que cada proyecto que emprende va, poco a poco, ocupando su tiempo,”invadiendo y colonizando mi vida”.

 

En la última parte de la jornada intervinieron distintos expertos en la obra del autor. Peter Landelius, traductor de Vargas Llosa al sueco, reveló sus experiencias y dificultades para trasladar a este idioma las ricas metáforas e imágenes del mismo. José Miguel Oviedo, coetáneo del autor y compañero de estudios en su misma escuela de Arequipa, habló de la “pasión hirviente” de sus personajes como motor de sus ficciones literarias. La catedrática de Literatura Marie-Madeleine Gladieu destacó la capacidad de las fabulaciones de Vargas Llosa para ayudar a entender el mundo, a sentir y a vivir. Finalmente Juancho Armas Marcelo, autor de una biografía literaria de Vargas Llosa y amigo personal del autor, recordó, mediante una anécdota –real o inventada- muy celebrada por el público, el intenso trabajo, no sólo creativo sino también de documentación, que encierra su trabajo.

 

En la segunda jornada se trató la obra de Javier Marías. Elide Pittarello, catedrática de Literatura española de la Universidad de Venecia fue la encargada de hacer la presentación. Realizó una exposición muy académica, llena de referencias a textos y personajes del autor. Destacó su novela “Corazón tan blanco”  como la obra paradigmática de Javier Marías, la relación conflictiva entre el decir y el hacer, en su obra y la presencia habitual de lo fantástico, lo cómico, así como de la violencia con intenciones premeditadamente hiperbólicas e inverosímiles.

 

Javier Marías habló a continuación, pronunciando un discurso muy personal con el título “Para empezar por el principio”, lleno de recuerdos infantiles y referencias familiares a su madre Dolores Franco, a su abuela cubana Lola, a su tía abuela María, al primogénito de su bisabuelo, Enrique Manera y Cao… Una anécdota sucedida a su bisabuelo sirvió como hilo conductor al autor para evocar las historias reales o inventadas narradas por las mujeres de su familia sobre el pasado, verdaderas transmisoras de lo sucedido y de lo inventado. Marías afirmó que “la realidad es una novelista mala”, capaz de echar a perder una novela por el carácter plano de sus personajes y la abundancia de detalles dudosos.

 

A continuación se celebró una mesa redonda integrada por distintos especialistas en la obra de Marías, moderada por Virginia Maquieira, Vicerrectora de Extensión Universitaria de la UIMP, que dio lugar posteriormente a un animado diálogo con los asistentes.

 

La jornada final del encuentro literario se dedicó a la obra de Arturo Pérez Reverte. La presentación corrió a cargo de José María Pozuelo Yvancos, catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidad de Murcia y crítico literario muy destacado que incidió en las características de los héroes “outsiders”  de Pérez-Reverte: Héroes cansados y dignos, seres crepusculares y derrotados que, en buena medida, son producto de las experiencias del autor en las trincheras del periodismo de guerra.

 

La intervención del propio autor no defraudó a nadie: Fue directo, franco y provocador. Se definió como “novelista de infantería”. Reivindicó con pasión la felicidad de escribir novelas para huir de la rutina. Recordó su condición de lector desde muy temprana edad, gracias a disfrutar de la existencia de una gran biblioteca familiar y como la variedad de sus lecturas: folletines, novelas de espadachines,  de aventuras, de crímenes… géneros menospreciados por los pedantes, se entremezclaron con la lectura igualmente apasionada de los grandes clásicos. Así, escritores como Homero, Virgilio, Dostoievsky, Dickens, Flaubert, Conrad, Stevenson o Mann fueron reivindicados por Pérez-Reverte tanto como sus hijos bastardos: Salgari, Verne, Dumas, Conan Doyle, Agatha Christie o John Le Carre. Su filosofía literaria se centra en el deseo exclusivo de contar una historia buscando el camino más directo y sencillo para el lector, huyendo de la búsqueda enfermiza de lo atormentado y morboso, ya que “A la hora de escribir, yo lo que deseo es ser feliz. Y lo soy porque me divierto. Y la diversión es motivo suficiente para escribir una novela”. En ese sentido llamó imbéciles y analfabetos a los críticos literarios que en los años ochenta no supieron entender y despreciaron sus primeras obras.

 

A continuación se celebró un coloquio acerca de la obra del autor, moderado por Rosa Junquera y que contó con la presencia de varios especialistas como Oscar López, Annie Morvan, José Perona o José Luís Martín Nogales.

 

Como colofón del encuentro, se celebró por la tarde un acto que reunió a los tres protagonistas de las jornadas en el Paraninfo de la UIMP en el Palacio de La Magdalena de Santander, ante un público que llenó el aforo del mismo. En el acto, moderado por Juan Cruz, Marías y Pérez-Reverte elogiaron al maestro Vargas Llosa, ironizando acerca del título del encuentro que, para ellos, debiera ser “Lecciones y maestro”. Vargas Llosa defendió que la literatura cambia profundamente la vida de las gentes y que la vida real está mal hecha y es inferior a la vida ficticia. Así “la literatura nos enseña a ver la vida de distinta manera, salimos de los libros mejor preparados para enfrentar la vida”. Por su parte, Javier Marías y Arturo Pérez-Reverte describieron la literatura como “el hecho de contar historias”, si bien Marías añadió que deben ser historias que dejen huella, eco o memoria. Pérez-Reverte refirió como gracias a sus lecturas tempranas descubrió que más allá de la vida normal había un mundo donde ocurrían cosas interesantes, lo que despertó en él el deseo de comprobar si eran verdad y salir a buscarlas

2 comentarios

Anónimo -

Yo sólo pude ir el último día en la UIMP. Lo vi en una pantalla de TV, pero me gustaron mucho. El qué más me gustó fue Javier Marías.Para mí es el más cercano al público.
Pero todos son unos maestros.
Aletheya, da las gracias por este artículo a la Fundación Santillana

acamus -

- Qué gran iniciativa ésta de unir a grandes creadores para que nos hablen de su vocación y su trabajo. En la era del Chikilicuatre da gusto encontrar apuestas culturales de esta envergadura. Desde aquí mi aplauso también a Aletheya por hacer mención de ello.