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"El Abrazo De La Lectura" Fernando Fernán Gómez (1921-2007)

(Ha fallecido el actor, director y escritor Fernando Fernán Gómez. Aquí queremos brindarle nuestro homenaje por su amor a la lectura con este artículo aparecido en la edición digital del diario El País, el 21 de noviembre de 2007).

El libro se abre ante nosotros como se abre de piernas la amante entregada y posesiva. Como abren los brazos para acogernos el amigo y el familiar.En mi prehistoria se abrieron para mí los brazos diminutos, débiles y sucios de los primeros cuentos de calleja. Ya entre ellos se observaban diferencias sociales. Los más baratos cabían en la palma de la mano, su letra era casi ilegible y tenían las mejillas manchadas de tiznones como de carbón o de tinta de escribir palotes, curvas y garrotes. No parecían pensados para que los leyeran los niños, sino las abuelitas, desojándose, al borde de la cuna. En cambio, los más caros, en octavo, se leían con facilidad y tenían letras de oro en la portada.

Vinieron después los libros de aventuras. Cuando aún no se ha llegado a la adolescencia, cuando aún no nos han amaestrado y no nos han inyectado en el cerebro la suficiente cantidad de resignación, nos asombra dolorosamente la monotonía de la existencia. ¿Cómo es posible -se pregunta el niño-, haber pasado ocho años padeciendo esta sórdida repitición cotidiana?. Los libros de aventuras, con su mentira piadosa, le abren las puertas de la esperanza.

Los libros escondidos. Los libros secretos. Hay que tenerlos debajo de los libros de texto. Leerlos cuando no nos ven nuestros mayores o los profesores, en el colegio. Son libros de aventuras, novelas folletinescas, policiacas. Y muy pocos anos después -no años, meses-, novelas pornográficas. Qué inefable placer me proporcionan esas lecturas. Aldous Huxley dijo: "una orgía real nunca excita tanto como un libro pornográfico". Y con esto no intento sugerir a nadie que abandone las orgías.

Pero también el libro tiene enemigos entre los de su propia especie. En mi caso personal, fueron los libros de texto del bachillerato. Qué repulsión, qué aversión me inspiraron. Odio al libro, odio a la lectura, odio al conocimiento. Por fortuna, había en Madrid muchísimos puestecillos callejeros en los que vendían a mitad de precio noveluchas de segunda mano, o de tercera o cuarta, sobadas y requetesobadas, noveluchas de aventuras, policiacas y también verdes. Aquellos puestecillos hicieron que se conservara vivo mi amor al libro, que los catedráticos escritores habrían conseguido asesinar. En la guerra de libros -como no puede ocurrir en las guerras de verdad-, ganaron los pobres.

Aparecieron después los que algunos consideran enemigos del libro: el cine, la radio, la televisión... son, es cierto, otros medios de difusión de la poesía, y también de la música y de las artes plásticas. Pero, aunque enemigos en cierto aspecto, es dificil que derroten al libro, ni creo que pongan en ello interés, El libro les lleva la ventaja de la corporeidad, de la cercanía. El libro lo tengo, lo poseo, puedo incluso darle achares, no mirarlo, no leerlo y, sin embargo, conservarlo. No es efímero. Puedo también tenerlo en las manos, acariciarle el lomo como a un perro amigo, hojearlo, sobarlo, puedo besar algunos de sus renglones si me han conmovido. Tanto si es un libro lujoso, encuadernado en suave piel, como si es un libro popular, de los que se doblan y se pliegan sumisos para ser leidos en la cama, con los que uno puede acostarse sin muchas dificultades ( ... )

Echo una mirada a la biblioteca. Cuántos libros en ella que ha devorado el olvido. Y cuántos que ya no podré leer. Quiero decirles a esos libros que no leeré nunca, que no se sientan despreciados. Sí sé que no los leeré es porque estoy en esa edad en la que al tiempo se le ve volar como a un gorrión asustado, en la que se nos escapa como agua en un cesto, en la que huye como algunos queridos recuerdos. Pero al decir adiós, que un libro me abra sus brazos y repose sobre mi pecho.

4 comentarios

Aletheya -

¡ Qué bonito! Lo haces muy bien sigue escribiendo.
¿ Cuál es tu blog? El Club Turutupá ya tiene uno.

Irene Zamora - SURICLUB -

Dejé en mi blog un pequeño recordatorio a Fernando Fernán-Gómez, y me pareció tan bonito el texto que publicasteis, que lo añadí.
Éste fue mi adiós particular.

Era víspera de Reyes. Yo tendría unos ocho años. Tú...


Apareciste en la pantalla, sereno, con tu barba y tus cejas pelirrojas, con tu bastón, con tus arrugas y tu habitual mal genio. Me fascinabas.


Era tarde, y yo tenía sueño. Pero había algo en ti que hechizaba, que me hacía reír y llorar, muchas veces incluso ambas al mismo tiempo.


Creo que aquélla fue la primera vez que te vi. Más tarde te volví a ver en televisión, pero nunca volviste a ser el mismo de aquella víspera de Reyes. El abuelo. Creo que entre mi madre y yo gastamos un paquete entero de pañuelos, pero yo seguía muriéndome de risa cada vez que tú soltabas una de las tuyas.


Eras una de esas personas francas, que se muestran tal cual son y a las que la gente quiere por el simple hecho de ser como son. No voy a decir todas esas chorradas que he oído por ahí... ¿que si España te ha perdido? No me importa España... sólo me importa lo que he perdido yo. Te has llevado aquella tarde de cine, en un cine que ya no es un cine, sino un supermercado con garaje subterráneo. La vida es triste.


Sólo decirte que, para mí, siempre serás aquel abuelo malhumorado y entrañable que salió en la pantalla del cine Capitol aquella lluviosa y fría tarde de víspera de Reyes. Gracias por aquellas dos horas de felicidad.


No las olvidaré nunca.

Peñacastillo -

La lectura es algo increíble. Cuando una persona termina de leer ese libro que tanto lo encerró en sus frases se siente con ganas de volverlo a empezar. Gracias a escritores tan célebres como Fernando Fernán Gómez nos identificamos con sus párrafos y la alegría que no sólo brindaba a la escritura sino también al cine.
Las personas que hacen un cambio en las vidas de los demás pasan a la historia, él será uno de ellos.
Nuestro más sincero pésame a un gran hombre.

Peñacastillo

AIDA. El tiempo no es perdido -

"Cuando era joven, por luchar contra mi timidez, ya era antipático. Siempre lo he sido". Así se describía Fernando Fernán Gómez.

Quien más y quien menos ha descubierto en esta entrañable persona una sinceridad absoluta, una inconformidad ante el mundo y una personalidad muy bien definida que en ocasiones ha despertado gran curiosidad. Ante todo, se nos va un GENIO, un artista en todo su ser, y por supuesto, una persona con los pies en la tierra, con la cabeza asentada en este mundo tan contradictorio en ocasiones.

"No salgo de noche por cuestiones de la edad, me gusta dibujar historietas y me faltan muchísimos talentos.Soñaba con ser actor e interpretar a hombres vulgares, eso es lo que más me atrae".

He aquí un ejemplo de un verdadero artista, que partiendo como todos de la nada, gracias a sus metas, sus sueños se ha convertido en una de esas personas que siempre se recuerdan.

¡Hasta siempre Fernando Fernán Gómez!
¡Un ADIOS, un HASTA SIEMPRE!